Saturday, April 4, 2009

CHINATOWN A TODA HORA


“Chinatown a toda hora” y
“Hay que comer”




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A las cuatro y cuarto
entre los viajantes de Chinatown
le digo:
Yo sobreviví al terremoto y al agua.
Soy 1979 partiéndose en dos
y lo que usted piensa ahora mismo,
también lo soy.
Soy una muchacha suave
-soy china-
Como esa que cree usted
se vería mejor callada
y despeinada
en otra parte
y no aquí,
que se vería muy bien desnuda
y estirada
en un cuadro de Modigliani.
Soy ella.
Sí.
Y, por supuesto,
señor,
yo soy Modigliani.
Soy la punta de la estrella,
y la cosa de papel que cae desde el aire en los aniversarios,
el autor de la teoría
de que el espíritu
es el hueso que no se puede roer.
Soy las ganas de romperse y de decir algo.
No puedo pagar la entrada al cine,
pero salgo en todas las películas
y por eso estoy sucio
y cansado
y más triste que dios.
A esta hora soy el cartón
y la masa
y la muchacha ideal,
la esterilla de papel
y la esquina morada
y lo que dejaste en la estación.
En el año de 1979 yo le doy la vuelta a mi casa
y la hago explotar.

Yo soy el pie en el estribo
y la última cosa en que pensó Paul
y soy capaz de decir cualquier cosa porque estoy sucio
y no puedo pagarme la entrada al cine.
Soy el autor de la teoría del espíritu
y soy un lado del espíritu

soy la muchacha ideal.

En verdad,
señor,
yo soy Chinatown.
A toda hora
y en demasía,
tengo una calle en cada esquina del mundo
y soy,
naturalmente,
lo único que nos queda.


Señorita

Nos sobra
esa reserva
-Infinita-
de la cosa que no dura,
quiero decir,
tu piedrecita más brillante
-linda-
superchería
de Chinatown.
Tú,
tu río de cosas,
la piedrecita de metal pulido
luz fatua
fruslería
-Todo Frágil-
Y sin embargo,
tu
ser capaz
de ser
esa muñeca
china y feliz,
quiero decir,
que importa,
el gesto tuyo
quitarte todo,
-y no-
la piedrecita de metal pulido,
que brilla del lado que no vale nada
e importa,
quiero decir,
es nuestra reserva infinita
de esa cosa que no está supuesta a durar


Otra Postal de Sequia


Con el perro,
amor,
hubo la casa,
el jardín ,
la verja,
el ciudadano,
medianoche,
el recorrer,
dar la vuelta
y pasear
-La vida esa-
sí,
el ruido del vecino,
la nobleza que tuvo
su dar la mano
matinal.
Claramente,
con el perro
hubo animal
que espera
y muerde
y pasta
como todo,
animal,
que si se enferma
y pesa
y muere
y tiene nombre
es animal
de fondo,
si le da rabia
y miedo
y si no es hombre
ni es monstruo
para nadie.
Con el perro
amor,
hubo la casa
cartas de él
Garúa mía,
que te espero,
manera suya
decir:
Garúa mía
si no vienes
ten bondad;
no avises
y mi manera
manía mía
de pedir que venga
con la misma palabra con que pido que se vaya


TODAS LAS COSAS


Al corazón escabroso,
la china,
despacha:
300 millones de arroz blanco,
cajones de peces tiernos,
monstruosas
anguilas/
jugosas,
/largas/
botellitas verdes
la mesera
china/
espigada,
su bandejita plástica
TODO SUCIO.
Es ella,
claro,
llevar la bandeja,
estar rendida
y hacerse
así,
recostada,
la mujer
más
tremendamente real.
Mientras,
se ve,
se avisa,
al otro lado de ese sueño esbelto
eso de que
TODO
pero
TODO:
la vajilla doméstica
la bombilla de luz
la camisa de fiesta
la vela del santo
el santo…
y todo
en verdad
son cosas
que nos vienen de china.
Del país de en medio
la marca que incide
la huella que insiste
/aclara/
No nos queda ya
ninguna otra palabra para hablar de las cosas.
No nos queda,
sino
sólo
esta
voraz
letal
fabulosa
obsesión por la repetición y el pensamiento serial

de Chinatown
donde vimos serpentina,
y la forma funicular
definitiva,
finisecular,
la fabulosa celebración del objeto
y de aprender
a decir palabras
con las cosas
en tanto,
sí,
atolondramos como estamos
por la cosa a secas
sucede aquí,
a toda hora
y en demasía,
que la China
Despacha.



***
Tuve un amigo,
siempre invisible para alguien
en el bazar
la japonesa
estornuda
-la holandesa aprende a bailar-
Y la gente
Garúa mía,
-Preciosa-
-perdida-
está de viaje.

Una muchacha china,
dormida,
ovillada en la esquina,
apabulla toda estreches.
Mientras,
otra china
despierta y tú
-Garúa mía-
pérdida
¿Qué buscando?...
te derrota
el sueño,
el idioma
-la acumulación-
el que te dice
esa palabra en espanol,
la dice como si te diera algo.

Garúa mía,
mi temblor se arrodilla
y en la vereda,
tiesa de andarla,
va tu lado siempre invisible para alguien.
Y tú temblor se arrodilla
Y no se te nota nada,
Garúa,
blanca,
besaste al beduino
y sigues blanca
él lloró inconsolable sobre ti
Lloraba en ti
-no por ti, Garúa, no,
lloraba el rastro terrible
de la terrible violencia.

***

Berlín

las ganas de decirlo
la marca que sube
la piedra que traigo en la cabeza
las ganas de quebrar,
de que suene
y que viré,
nuevamente
La parte real.

por eso digo:
Berlín,
-a ti y a ella-
sólo les queda
testimoniar:
negro al negro
cuerpo al cuerpo
amor al amor.
y lo más o menos vivo
en toda cosa que quedaba erguida
el pedazo,
la parte,
o mejor decir
la cosa que insiste,
quiero decir,
Berlín,
y las ganas de decirlo,
la marca que sube,
la piedra que traigo en la cabeza,
las ganas de quebrar,
de que suene
que vire
y quede sólo
la parte que quebraste.

2 comments:

  1. Me parece importante plasmar en el espacio virtual la palabra que se hace implasmable e inmortal. Pienso que el espacio virtual ha ganado un tiempo en el mismo tiempo y es mas que atemporal, ha logrado SU tiempo. Habiendo dicho esto, creo que se requiere pulso y palabra para plasmar lo que has plasmado en este espacio virtual, bien lo expresas...una piedra en la cabeza que para algunos es un obstaculo y para otros, como lo es para ti es una ventana a una realidad sin limites. Eres una profeta y una voz que necesita ser oida. Gracias por hacerme parte de tu realidad con pulso y valentia. Adelante, mujer valiente!

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  2. Maravillosa, no puedo decir otra cosa. Siento como un orgullo de género, femenino y humano.

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